julio 17, 2009

Para una salida política, democrática y patriótica a la crisis nacional

Ediciones del Poder Popular, MLN-Comisión ejecutiva, Julio 7, 2009

I. Tesis preliminares
1.- La única manera de parar el proceso de instalación de un régimen fascista en México es echando del gobierno a la fracción política ultraderechista que usurpa la jefatura de la República en beneficio de la oligarquía mexicana, la Casa Blanca y las corporaciones empresariales imperialistas.
2.- La condición básica para dar paso a una salida popular a la crisis e impedir el avance del neoliberalismo, de sus reformas económicas, políticas y culturales, del proceso de anexión de nuestro país a los Estados Unidos, radica en la toma del gobierno por parte de un bloque de fuerzas antineoliberales, integrado por sectores de la burguesía liberal, partidos y organizaciones socialdemócratas; organismos civiles, iglesias progresistas, movimientos populares, partidos y fuerzas de la izquierda revolucionaria.
3.- En las condiciones actuales existen dos formas de expulsar del gobierno al bloque oligárquico y a la fracción política ultraderechista: a través de un proceso de desconocimiento que lleve a elecciones anticipadas o por medio de su derrota en las elecciones presidenciales de 2012. Ambas opciones no son excluyentes y sólo tienen viabilidad como resultado de un proceso de insurgencia cívica y popular que aproveche todas las formas de resistencia que viene desarrollando el pueblo de México: legales y extralegales, electorales y extraelectorales, institucionales y extrainstitucionales.

II. Crisis general, nación y fascismo
a.- La crisis económica del capitalismo neoliberal, la más grave en la historia de las sociedades burguesas, acabó por sincronizar y agravar todos los problemas nacionales, todas las contradicciones y crisis provocadas por el despliegue de las reformas neoliberales. En estos años, la explotación de recursos naturales y humanos ha sido tan intensa que no tiene comparación con etapa o época histórica alguna. Así, colocó a los seres humanos ante un escenario de agotamiento de los principales recursos naturales y del previsible colapso de los equilibrios ecológicos que posibilitan la existencia del género humano y otras especies, a la vez que sacó a relucir el desgaste extremo de todas las formas de regulación social y económica, llámense liberales, bienestaristas, neoliberales o neobienestaristas. Todo parece indicar que el neoliberalismo es el cenit de las sociedades burguesas y el inicio de su declinar definitivo.
b.- Las oligarquías capitalistas y sus aparatos estatales en la obstinación de darle aliento artificial a su modo de vida luego de las crisis de fines de los años 60 y de la siguiente década, prepararon el camino a la crisis de su hegemonía, tanto de las oligarquías de los países centrales como de los periféricos. La decadencia de Estados Unidos y las dificultades extremas de sus agencias supranacionales de gestión económica y política: ONU, BM, FMI, OTAN, OCDE, BID y otras, para instrumentar algún modelo económico viable que sustituya o recicle las políticas neoliberales en la perspectiva de superar la crisis ilustran la crisis de hegemonía de las oligarquías. La gravedad de la crisis económica y la creciente virulencia de las pugnas interimperialistas, en un contexto de hundimiento o deterioro acelerado del papel rector de los Estados Unidos acrecientan las posibilidades de una crisis general de la dominación burguesa.
c.- En cuatro décadas, por contradictorio que parezca, la sociedad ha vivido un conjunto de vaivenes en que las potencias capitalistas pasaron de una cierta situación defensiva en 1979 cuando estuvieron a punto de ser superadas por el bloque soviético, a un momento de dominación casi total en 1989 con el “derrumbe” del socialismo realmente existente. A los pocos años, en contra de la mayoría de las predicciones, la decadencia de los Estados Unidos y del sistema capitalista pasó a primer plano. Los altibajos de Estados Unidos expresan bien los rasgos de la nueva época y las dificultades del capitalismo para relanzar la acumulación capitalista.
d.- La crisis económica es de tal magnitud que la fuerza y los instrumentos de regulación económica no bastan en este momento para relanzar la acumulación capitalista, ya que la propia violencia junto a los instrumentos financieros y productivos del neoliberalismo pueden acelerar el colapso del sistema capitalista que globalmente se haya a la defensiva.
e.- A lo largo de la historia, el sistema capitalista no conoce una etapa de su vida sin la existencia de un centro dominante, primero fue Inglaterra y desde la última posguerra los Estados Unidos. Para el cambio de hegemonía de una potencia a otra, sucedieron dos guerras mundiales y varias crisis mundiales. El equivalente en las actuales condiciones para lograr un cambio de hegemonía a nivel mundial; por ejemplo, el traslado del centro imperial a China, se antoja sumamente problemático. Las vacilaciones para desplazar al dólar y las complicidades de la mayoría de los países capitalistas en las aventuras militares de Washington, a pesar de los choques y diferencias con China y Rusia, nos dicen que es muy difícil, sin grandes catástrofes de por medio, cambiar de centro hegemónico o pasar a un capitalismo donde las potencias respetan mutuamente, sin grandes enfrentamientos, sus circuitos imperiales.
f.- En medio de las disputas interimperialistas, de las ofensivas rusas, europeas, japonesas y chinas, todos son conscientes, aunque no asuman una racionalidad verdaderamente humana, de que el mundo no aguanta guerras de grandes dimensiones, ni mas burbujas financieras y productivas de tinte neoliberal. Los recursos son escasos: el agua no alcanza, los energéticos de origen fósil se agotan, el calentamiento global es irreversible, la deuda de Estados Unidos y de los principales centros de poder se está tornando inmanejable al igual que los esquemas productivos basados en la industria energética, la minería, la automotriz, la construcción, los agronegocios y el novísimo mundo de la comunicación. La recuperación económica no será tal, en el sentido de regenerar las condiciones globales para una nueva expansión general de los negocios que oxigene al vetusto capitalismo. De momento el capitalismo limpio, las nuevas energías sin efectos calóricos o contaminantes, además de las utopías neobienestaristas, no rebasan el nivel de las utopías, en este caso, de tintes reaccionarios.
g.- Ante la carencia de salidas de corto plazo, la Casa Blanca opera con un plan defensivo global, intenta contener el avance de las fuerzas nacionalistas y socialistas en Latinoamérica, presiona a Irán sin romper con él, intenta aflojar la tensión en el Líbano y Palestina. Maniobra con Rusia, “reconociendo” sus nuevas aéreas de influencia ofreciéndole un nuevo plan de reducción de armas, al tiempo que trata de inmiscuirla en la aplicación de sanciones a Corea del Norte y en su guerra contra el Talibán afgano y paquistaní, que es crucial para cercar energética y militarmente a China. Para lo cual pretende ocupar la provincia de Baloquistán alentando el movimiento separatista local. Dicha provincia donde habita el 5 por ciento de la población, abarca el 48 por ciento del territorio paquistaní y posee grandes yacimientos de gas y petróleo, además de ser el posible paso de combustible iraní hacia China.
A pesar de las condiciones impuestas a Irak, Washington ha sido derrotado. Ahora se concentra en Afganistán y Paquistán. En el primero duplica sus tropas, más de 60 mil efectivos y en el segundo lanza una ofensiva de aniquilación, evidenciando que no tiene condiciones para sostener dos frentes de guerra importantes por las dificultades económicas y políticas que vive y por el gran número de posiciones militares que debe defender a nivel mundial.
Las diferencias de enfoque y de intereses económicos entre el sector representado por Obama y el agrupado alrededor de los bushianos no implica, por parte del primero, la cancelación de las salidas fascistas o golpistas, ni mucho menos, el fin de de las invasiones militares. Lo que hoy acontece en Afganistán y Pakistán, es responsabilidad directa de Obama.
h.- No basta la fuerza para poner orden, la situación es tan grave desde el punto de vista económico y socio ambiental, que la guerra y el nuevo fascismo no alcanzan para mantener la supremacía de Estados Unidos, centro del sistema imperialista. Por su colindancia con el imperio y por sus recursos, la importancia geopolítica de América Latina y México es de primera importancia.
En América latina resulta evidente que los cuestionamientos a la hegemonía de los Estados Unidos y su acelerada decadencia, están conectados con las fracturas de la hegemonía y la dominación de las oligarquías criollas y con la crisis de los estados nación surgidos hace 200 años. Todo indica que las luchas por la democracia y la efectiva independencia y soberanía de los pueblos y naciones latinoamericanas y caribeñas abrieron la senda a la emancipación social, al cuestionamiento de raíz del capitalismo.
El neoliberalismo sin resistencias victoriosas lleva directamente al fascismo y a la destrucción de los viejos estados nacionales, los casos de Perú, México y Colombia son ilustrativos, al igual, que la nueva ola de golpes militares en el continente, Haití incluido. En Bolivia, Venezuela, Guatemala y aún en Ecuador, la estrategia imperial y de la burguesía entreguista de ocupación neocolonial del territorio nacional es la nueva condición para clausurar la revolución democrática nacional tendiente al socialismo o a la integración regional.
i.- Honduras como ensayo de la nueva diplomacia estadounidense es parte de una estrategia global de control y dominación. Iniciaron con los disturbios poselectorales contra el sandinismo en Nicaragua y perdieron (2008); intentaron triunfar en El Salvador con el despliegue de terror mediático y compra de conciencias y no les alcanzó (Mar. 2009); siguieron con el intento golpista en Guatemala y fracasaron (May. 2009); y, finalmente prueban con Honduras, la posición política más débil de la ALBA, donde no piensan retroceder (Jun. 28, 2009). La aparente premura e improvisación de quienes instrumentaron el Golpe de Estado, se explica por el peso estratégico negativo de la nueva configuración de fuerzas centroamericanas para los planes imperiales: Iniciativa Mérida, Plan Colombia, Tratados de Libre Comercio o equivalentes y control fronterizo y político de México sin faltar el Caribe. El horror de la oligarquía hondureña, el Pentágono y la Casa Blanca a la nueva tendencia integracionista y nacionalista que recorre a la región no se debe, únicamente, a diferencias entre el equipo de Obama y el ejército o a cálculos motivados por prejuicios ideológicos y raciales. La dominación de las elites estadounidenses y de las oligarquías criollas, por no hablar de la decrepita España, se ha mantenido sobre la fragmentación territorial, política y étnica de la región. Así todo proceso inverso socava el sistema de dominación vigente y amenaza la supervivencia de las elites burguesas, aún la yanqui, para quienes, en esta fase decadente, América latina y el Caribe son una reserva estratégica en el marco de sus disputas en Medio Oriente, Centro de Asia y con China y Rusia. Con diferencias y todo, el Pentágono y Obama actúan en función de un plan global.
En Honduras se está cerrando el ciclo histórico de la desunión de nuestros pueblos. El arribo al gobierno de nuevas coaliciones de tintes nacionalistas, socialistas y aún socialdemócratas en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras, en medio del auge neosocialista del cono sur y de una profunda crisis social, relanzaron el sueño de Francisco Morazán: la República Centroamericana. Esa es la fuente del horror y el pánico de las viejas elites criollas, el golpe a sus privilegios y un nuevo revés en el tablero internacional de las fuerzas estadounidenses.
j.- En México, la opción fascista se viene abriendo paso. Si bien la crisis aceleró su instrumentación, ésta obedece en realidad a una opción deliberadamente asumida y planificada por un sector de la clase política y de la oligarquía burguesa local y la ultraderecha bushiana, por llamarla de algún modo. En la conjura se entrecruzan los apellidos de Salinas, Servitje, Larrea, Fox, Bush, Calderón, Cheney, Aznar y otros. Por si fuera poco, la opción fascista coincide con una de las variables de posible aplicación por parte del Pentágono, que no descarta la invasión de tropas estadounidenses y la división del territorio nacional.
Una vez que el sistema de legitimidad en que descansa el régimen político mexicano se ha erosionado al máximo, que la legitimidad social operada por medio de los viejos derechos sociales se ha debilitado, a la vez que la legitimidad electoral no logra consolidarse y la capacidad de representación ética y nacional de la clase política y empresarial está en duda, el capitalismo neoliberal, no puede seguir adelante más que implantando un régimen de excepción abiertamente dictatorial. No exista otra manera de consumar la anexión o el proceso de ocupación integral de México a los Estados Unidos. Una forma de estado fascista es la opción más conveniente para quienes hoy usurpan el gobierno. La guerra entre los narcopolíticos y los narcoempresarios de la que Calderón es juez y parte, junto a la criminalización de la protesta social, aunado a los convenios político militares tipo ASPAN o Plan Mérida, han sido los principales vehículos para militarizar el país y convertir al ejército en una fuerza de ocupación que cotidianamente socava los derechos humanos y las libertades civiles de los mexicanos. Su participación en el fraude electoral (2006) y en la ruptura del orden constitucional en Michoacán (2009), son una gota en el mar de arbitrariedades cometidas en nombre del combate al narco. A confesión de parte relevo de pruebas: hoy, el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército, dependiente del Pentágono, planteó la necesidad de que el gobierno de Barack Obama modifique su estrategia contra el narcotráfico y la cambie a contrainsurgencia.
k.- El neoliberalismo catalizó la crisis del estado nación nacido hace 200 años, se convirtió en un fardo anacrónico que dificulta las estrategias de sobrevivencia y dominación de las oligarquías empresariales y los designios de Washington. Para los neoliberales la vieja nación ya no tiene cabida, se precisa de su destrucción más o menos completa: económica, política y cultural.
Acorde con los tiempos, en medio de una crisis de gobierno que sigue cuestionando su permanencia en la presidencia, Calderón y la fracción oligárquica, nacional e internacional que representa, se preparan a pasos agigantados para impedir cualquier posibilidad de derrota electoral o escándalo pos elecciones presidenciales en el 2012. Saben que el ejército se confronta internamente, entre los institucionales y los abiertamente golpistas y proyanquis. Entre los que cínicamente compiten por los millones de dólares, 889 de 2004 a 2009, de la asistencia militar estadounidense y los que prefieren dar la apariencia de relativa autonomía ante el vecino del norte. Viven en carne propia las peleas inter oligárquicas por redes de fibra óptica, recursos energéticos, presupuestos públicos, carreteras puertos, minas, y servicios financieros, turísticos y comerciales, sin faltar las disputas entre los partidarios de Obama y Bush que le restan margen de maniobra al gobierno de la usurpación. Conocen de los procesos insurreccionales que se abren paso en varias zonas del país y de posibles estallidos en 2010; del desgaste de Calderón por el fracaso generalizado de sus políticas de empleo, seguridad y combate a la pobreza; del deterioro y las contradicciones de sus partidos; del descredito y putrefacción del sistema de justicia.
l.- Entre barruntos de una posible crisis de gobierno y de la instalación de una dictadura cívico militar, a la colombiana; en medio de unas elecciones intermedias con niveles de abstención cercanos a los dos tercios y de un agravamiento de las consecuencias sociales de la crisis económica, están por desplegar un plan de contención y división de los núcleos articuladores de un probable movimiento antineoliberal o bloque opositor. De entrada preparan un nuevo paquete de reformas fiscales, IVA en medicinas y alimentos, además de nuevos recortes presupuestarios. Dentro de esa estrategia la reforma laboral, educativa y de seguridad social serán objetivos primordiales de los trabajos legislativos a pesar de la ilegitimidad generalizada de todos los órdenes de gobierno.
La fuerza, el miedo, los sobornos y la represión serán su apuesta principal para derrotar las resistencias. Además, han puesto en marcha una amplia gama de medidas a fin de neutralizar y dividir la lucha social de cualquier tipo. La división del PRD y la izquierda institucional se ha ido construyendo pacientemente aprovechando los errores y las traiciones internas. Mientras en el frente de los movimientos sociales han fomentado las divisiones internas en el sindicato minero, el SME, la CNTE o la APPO, además del patrocinio de todo tipo de vacilaciones en movimientos neo institucionales como la UNT, la CNC y otros. Los operativos contra el ERPI en Guerrero y el EZLN, por mencionar dos casos, son otras de las tantas iniciativas para abortar levantamientos armados, de limpiar el camino a sus candidatos y partidos a la hora del cambio presidencial.
m. Las pugnas entre los oligarcas no impedirán el cerrar filas en torno a su mejor opción de triunfo como ocurrió con Calderón. Las elecciones intermedias del 5 de julio se significaran por el triunfo del PRI que lo colocará momentáneamente al frente de la carrera presidencial, pero también por el inicio de una nueva etapa de riñas en todos los partidos y la agudización generalizada de la crisis económica y política.
El triunfo del PRI introduce algunos cambios en la coyuntura inmediata: reduce el margen de maniobra de Calderón y expone al Revolucionario Institucional al desgaste en la medida que aparecerá como el principal responsable de las iniciativas aprobadas por la Cámara de diputados y los gobiernos locales. La inercia de la guerra contra el narcotráfico que ya suma 13 mil muertos y cientos de quejas por violaciones a derechos humanos, arrastrara al PRI, en parte porque es una política de seguridad impuesta desde los Estados Unidos y porque son más evidentes sus ligas con el narcotráfico; por lo mismo tendrá que ser más radical que el mismo Calderón. Por otro lado, sus pretensiones de saber como enfrentar la crisis social agudizada por la crisis económica distan mucho de convertirse en realidad; en primer lugar, porque ningún gobierno ha enfrentado un problema como el planteado por el actual trastorno económico, no existen experiencias fiables al respecto; en segundo término, los márgenes de regulación estatal que fueron muy importantes en la administración de las crisis de los años 70 y 80 ya no existen; la única manera de recuperar capacidad de maniobra sería dando un vuelco a los procesos de privatización de la industria, el campo y los presupuestos públicos. Es decir, afectar fiscal y económicamente a las oligarquías locales y foráneas, nada muestra que el nuevo PRI esté en esa lógica. En tercer lugar, las dificultades presupuestarias son un escollo insalvable. Se rumora de un boquete de 500 mil millones en el presupuesto del año en curso, de un ajuste de más de 200 mil millones pasadas las elecciones; de los cuales, poco más de 100 mil serán reducidos a las partidas sociales, de ahí el recurso del IVA y otros impuestos a prestaciones y todo lo que sea gravable. Y por último, el PRI ha sido coautor y coejecutor de las decisiones políticas de los panistas con los que cogobierna desde los tiempos de Salinas, por lo mismo les será muy difícil mantener la apariencia de neutralidad.
Si bien, la nueva mayoría priísta a nivel nacional estrecha los márgenes del ejecutivo, no rompe con los procesos de militarización e implantación del estado policiaco, ni con los procesos de anexión al imperio. Ellos, al igual que casi toda la clase política, perdieron hace mucho su capacidad de representación nacional y ética, en ese sentido son tan derechistas como los panistas. El corte de sus gobernadores y políticos, gerencial burocrático, confesional o no, es el de los panistas y de muchos otros. Los hombres de estado, si los había, fueron reemplazados por comerciantes, leguleyos, especuladores y traficantes de cualquier género. Fueron sustituidos por delincuentes.
Es muy temprano para que la oligarquía, los priístas y los panistas echen las campanas al vuelo. Los resultados electorales no reflejan la complejidad y la profundidad de los problemas y menos los procesos de resolución de las situaciones de fuerza, que no corren exclusivamente por los senderos electorales. Ese proceso se definirá en la resistencia, según la capacidad de los actores populares de enfrentar las iniciativas y estrategias de la coalición derechista.

III. Hegemonía popular y nueva mayoría
a.- La constitución de un bloque popular con posibilidades de hacer historia depende de su capacidad para encarnar la representación política y ética de la nación. Es decir, de sus virtudes en la construcción de alianzas contra el o los enemigos principales en cada fase de la lucha. Ningún bloque popular se ha convertido en histórico sin ser mayoría. Podríamos decir, con cierta exageración, que fuera de eso, de tal proceso y lucha, todo es ilusión. Y pues bien, mucho de nuestro tiempo ha trascurrido en la ilusión, en vana ilusión.
b.- A estas alturas, ya pocos dudan de la existencia de un reflujo en las capacidades de articulación de las resistencias populares. Las derrotas de 2006 siguen pesando sobre nosotros. Por segunda ocasión en 20 años, un bloque nacional popular acaudillado por sectores de la clase política liberal derrotó a los partidos de la oligarquía y por segunda vez las direcciones fueron incapaces de dirigir al movimiento hacia la victoria. En otras circunstancias, en Oaxaca, un bloque popular regional que mantuvo en jaque al Gobernador local, no pudo levantarse con la victoria ni transformarse en un movimiento nacional. Por otra parte, la Otra Campaña se disolvió o se extravió en medio de posturas que poco o nada contribuían al encuentro de las fuerzas opositoras y anti neoliberales.
Las jornadas de los servidores públicos en contra de las reformas a su sistema de seguridad social y las desarrolladas por el movimiento encabezado por Andrés Manuel en defensa del petróleo y la economía popular, aunque memorables, no alcanzaron la densidad necesaria para revertir el reflujo. Aunque el número de conflictos aumentó en estos años, la tendencia a la acción particularizada fue la constante, sobretodo en los movimientos en defensa de los recursos naturales, los derechos humanos y las afectaciones ambientales. La capacidad de liderazgo, de representación ética y política se vio mermada. La confianza en la victoria disminuyó y los liderazgos se erosionaron y en más de una oportunidad han sido cuestionados. A tal grado que hoy es sumamente difícil encontrar puntos o espacios orgánicos con suficiente autoridad para convocar a proyectos que superen las dinámicas sectoriales o temáticas de corto alcance.
c.- El panorama inmediato se ve complicado por los resultados electorales y las pugnas y dificultades que atraviesan a todo el campo opositor y popular. El problema que tenemos a la vista estriba en cómo articular los bloques y campos antineoliberales en torno a un plan para la disputa y la toma del gobierno, que incluya como propias el conjunto de resistencias disímbolas en defensa de la economía popular, los derechos humanos, el género, las comunidades indígenas, las libertades civiles, los derechos laborales, las luchas en contra de las afectaciones ambientales y la defensa de los recursos naturales y bióticos, además de las querellas electorales.
c.- Aunque parezca ocioso, debemos definir con claridad los contornos del enemigo principal y la situación de más urgente resolución, en torno a los cuales se define el rumbo, la sobrevivencia y el crecimiento de las fuerzas opositoras y populares. El enemigo es el bloque oligárquico compuesto: por los oligarcas y sus empresas de base nacional y foránea; sus medios de comunicación y la jerarquía eclesiástica; por sus políticos: la fracción panista-priísta y sus cuerpos burocrático-militares respaldados por Washington. La situación extrema a resolver es el proceso de implantación del fascismo y las reformas neoliberales que cierran toda posibilidad de salidas populares a la crisis e imponen la anexión al imperio. Enfrentar al enemigo y resolver a nuestro favor la situación extrema, requiere de la suma de todas las fuerzas posibles para oponerse en distintos niveles y escenarios a los enemigos principales. De no lograrlo, en las actuales condiciones, la derrota es segura. La implantación o consolidación del fascismo en curso cerrará las posibilidades de un transito relativamente pacifico a un nuevo régimen no oligárquico, tendencialmente popular. Tránsito relativamente pacifico para el cual existen condiciones en la presente coyuntura histórica, como lo evidencian los procesos latinoamericanos.
d.- La primera condición radica en la emergencia de un sujeto que en los últimos 20 años ha puesto en la picota al viejo régimen. A pesar de su heterogeneidad, si logramos hacer frente común con todos o la mayoría de sus componentes, es factible crear la referencia ética y las fuerza organizativas para echarlos del gobierno. La segunda es la crisis del sistema de dominación oligárquico entendido como expresión de dominación económica, política y cultural y como proceso de crisis capitalista. Crisis de los de arriba y articulación de un bloque opositor posibilitan, más allá de la voluntad y decisiones de los oligarcas, fascistas o no, su derrota en el terreno electoral a pesar de sus fraudes e intenciones golpistas. También debemos repetir hasta el cansancio, la experiencia enseña, que esta salida es viable únicamente por la vía de la insurgencia cívica y popular, electoral y social, por lo que es indispensable en la lucha por la salida pacifica o política prepararse para lo peor.
e.- Una vez definido el enemigo y la situación de urgente resolución, debemos explicitar los componentes del Bloque Opositor. De nuevo, a muchos les suena ocioso pero en ese terreno no hemos actuado coherentemente. Por ejemplo, durante la campaña de Obrador, una vez que fracasamos en nuestro intento por desarrollar una candidatura alterna, a modo de referencia ética y política, para luego sumarnos al proceso de mayor respaldo popular, no hicimos lo propio y preferimos enredarnos en las veleidades de la Otra y actuar ambivalentemente con respecto a López Obrador. Y aunque coincidimos en que Obrador es el principal responsable de su derrota, por su soberbia y cortedad de miras, lo cierto es que no podemos disculpar nuestras vacilaciones, producto de las concesiones que acostumbramos hacer a todos los compañeros de la izquierda infantil. Por eso, es fundamental explicitar que asumimos marchar hacia la disputa por el gobierno, en contra del fascismo y las reformas neoliberales, con todos los opositores que en los años recientes desafiaron al régimen oligárquico. En ese bloque opositor, susceptible de articularse, encontramos militares, medianos y pequeños empresarios, políticos liberales y socialdemócratas de izquierda, movimientos obreros y populares, organizaciones civiles, comunidades y pueblos indígenas, iglesias de los pobres, intelectuales, artistas, grupos de mujeres, de jóvenes, movimiento por el respeto a sus derechos sexuales y contra todo tipo de discriminación, sin faltar los pueblos y comunidades afectados por los megaproyectos y la contaminación de la tierra, el agua y el aire y a expresiones de la izquierda revolucionaria.
f.- Es claro que no podemos agrupar al Bloque Opositor en torno al programa del Bloque Popular, que el programa y la plataforma de todos recoge los compromisos más generales y posibles en el marco de esta coyuntura histórica que se abre de aquí al 2012. El bloque o los bloques populares deben levantar sus programas, ampliar sus contingentes, preparándose para hacer cuerpo común con el resto del Bloque Opositor, sin descartar las posibles diferencias y disputas que se darán durante y después de ser derrotadas las fuerzas oligárquicas en el 2012, o antes o después. En el Bloque Popular estarán los que coinciden en primera instancia con un programa antiimperialista, antioligárquico, de revolución democrático nacional. Ese bloque estará abierto a los compañeros socialistas y comunistas, a los libertarios y muchos más, que coincidan con esas banderas.
g.- Otro punto sobre el que debemos definirnos explícitamente es sobre cómo visualizamos las posibilidades de éxito de una insurrección armada en el 2010. Sobre el particular, y a la luz de los elementos y posibilidades analíticas con que contamos, parece que la mayoría de la población enfrentada al neoliberalismo aún le apuesta a una especie de salida pacifica y volverá a manifestarlo por vías principalmente civiles, electorales y en movimientos sociales. Creemos que aún no existen condiciones que hagan viable una derrota por la vía armada de la fracción oligárquica. No obstante, los grupos armados y los ejércitos de orientación popular actuaran según sus propias valoraciones, apostándole quizá a la generalización de levantamientos, como los ocurridos en Nicaragua entre 1997 y 1979, o a una guerra prolongada. Independientemente de sus definiciones, estamos obligados a considerar sus eventuales acciones como parte de la coyuntura, no necesariamente contrarias a una salida política.
h.- Tal vez el principal problema más difícil de resolver en el proceso de amarre, respetando las autonomías de los muchos, de los diversos bloques o espacios, es el de la representación ética. Aunque presuponemos de forma rotunda, que marcharemos en torno a un bloque y al personaje necesario a la hora de disputar la presidencia, es saludable reconocer que hay un desgaste tremendo de las formas de liderazgo y participación tradicionales, no exclusivamente electorales sino incluso en ámbitos civiles y del movimiento social. Diseñar las acciones comunes de los opositores con un alto grado de credibilidad ética es el gran desafío.

IV. A disputar el gobierno para derrotar las reformas neoliberales y detener al fascismo

Plano 1. Del 2009 rumbo al 2010-2012.
Tenemos aprobada una primera gran acción el 4 de diciembre: iniciar la conmemoración popular de la Independencia y La Revolución Mexicana. Para ello pretendemos cercar la Ciudad de México y marchar al Zócalo, a manera de toma simbólica. De avanzar el proceso de intercambios con varios sectores de la intelectualidad y organizaciones civiles y populares, podremos en septiembre, 13, 15 o 16, abrir un espacio o encuentro para la Salida Política, Democrática y Patriótica a la Crisis Nacional con todos los opositores.
•Un primer compromiso sería la toma simbólica de la Ciudad de México el 4 de diciembre.
•Otra propuesta consistiría en la organización de una Consulta Nacional sobre la permanencia de Calderón en la presidencia y una propuesta de salida popular a la crisis. La consulta podría realizarse del 29 de noviembre al 2 de diciembre. En función de los resultados, estaríamos en posibilidad de llamar a la instrumentación de un proceso de desconocimiento de Calderón y de agitar en la dirección de elecciones anticipadas y Nueva Constituyente y de la puesta en marcha de un Programa popular frente a la crisis y de salvación nacional.
Todo esto habrá de evaluarse en concreto. La finalidad de estas propuestas es la discusión de las mejores maneras de articular las acciones a la ofensiva, colocando el tema del gobierno en el centro. Se trata de limitar el margen de maniobra de Calderón, de los diputados, senadores, magistrados y titulares del gobierno espurio.
El acuerdo con los opositores plantearía el tema electoral del 2012 y una plataforma o programa mínimo. Tal programa puede formularse alrededor de tres ejes: Democracia desde el pueblo o participativa; Soberanía Económica y Política y Seguridad y Justicia Social. En el primero se puede incluir la referencia a la disolución del régimen político oligárquico, la Asamblea Constituyente, los derechos de las comunidades y organizaciones civiles y sociales y la nueva ciudadanía, los medios de comunicación y los procedimientos de la democracia participativa. En el segundo eje, la reivindicación de la soberanía nacional sobre las fuerzas productivas y los recursos estratégicos y el desconocimiento de los tratados internacionales lesivos a la independencia y soberanía económica política y cultural del estado y la nación mexicana. Y en el último, los temas relacionados con los conceptos de los derechos de ciudadanía: el acceso a educación, salud y cultura, vivienda, trabajo, tierra, alimentación y seguridad a todos los mexicanos.

Plano 2. La lucha electoral
Sobre el particular, en el marco de la construcción de un Bloque Opositor, debemos impulsar una especie de pacto político que rompa o límite el monopolio de la política electoral ejercido por los partidos de izquierda con registro. Paralelamente debemos dar pasos serios para organizar nuestra participación al interior del PRD, a través de acuerdos y de ser posible por medio de una coalición nacional. En el plan político electoral, la lucha por romper con las inercias antipopulares del sistema electoral, podemos empujar a la formación de coaliciones populares, dentro y fuera de los partidos de izquierda registrados, para la disputa de los gobiernos estatales, especialmente en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Morelos, Distrito Federal, Michoacán y tal vez Zacatecas. Allí podemos buscar movimientos y personas con reconocimiento ético y político que encabecen. Algunos obispos, intelectuales o dirigentes civiles en un contexto de movilización y compromisos populares pueden dar al traste con las inercias del régimen oligárquico a nivel estatal. Incluso, sin romper con los procesos de construcción de un Bloque Opositor, no está descartado que una persona con suficiente capacidad de representación ética y política pueda encabezar la opción opositora. El animo político de amplios sectores hoy puede estar más cercano a una opción no tradicional, Andrés Manuel, Ebrard o Cárdenas, además del PT, Convergencia y el PRD deberían examinar sin mezquindad esa posibilidad, por el bien de de los pobres y de México.

Plano 3.
Hace dos años propusimos un esbozo de plan hacia el 2012 que incluía cinco ejes, de ellos destacamos: primero, el llamado a luchar por todas las formas de representación y gobierno desde la base, como equipos de futbol, comisariados, agencias municipales, cooperativas, sociedades de padres de familia, representaciones municipales, sindicales y comunitarias; segundo, la lucha por democratizar los sindicatos y las organizaciones agrarias con la finalidad de crear un brazo obrero y campesino que le dé solidez a un Frente o Bloque Popular; tercero, la formación del Movimiento de Liberación Nacional y cuarto, la construcción del Frente Patriótico o el Comité de Salvación Nacional, con todos los antineoliberales u opositores. A esto debemos agregar la organización de una fuerza o partido socialista que agrupe a los militantes del movimiento social dispuestos a trascender las prácticas gremiales en la dirección de la lucha por el poder político de los trabajadores y la emancipación social del pueblo de México y los pueblos del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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